martes, 13 de octubre de 2009
ENCUENTRO NOSTALGICO
Hace apenas unos días, al doblar la esquina de una céntrica calle me encontré a un viejo amigo.
Hacía casi veinte años que no nos veíamos. Sin embargo parecía como si hubiera sido ayer el último día que nos habíamos visto.
Habíamos compartido niñez y adolescencia e indudablemente, éso imprime carácter, aunque más tarde la vida se encargue de separar almas e historias.
En aquella fría esquina, éramos como dos naúfragos que hablan sin parar, con el afán de al fin poder comunicarse algo.
Eramos dos seres que se encuentran después de mucho tiempo y en media hora quieren dejar escrita en otro corazón una historia que no le pertenece.
No obstante, algo de calor, muchas ilusiones y recuerdos, los hilos de una invisible madeja, debieron de quedar en el aire, para que a pesar de tantos años transcurridos, no nos sintiéramos como dos extraños.
Todo resultaba tan natural, como si en todo ese tiempo no nos hubiera separado más que el suspiro de una noche, como si el pasado aún estuviera ahí.
Aunque sin decir nada, los dos nos dimos cuenta de todo cuanto habíamos dejado en el camino que no quisimos elegir, las ilusiones de nuestros mejores años.
Caía la noche y comenzaba a nevar. Nos despedimos con un "hasta pronto" y nuestras tristes miradas se perdieron en la noche.
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